Personalidades

TITE CURET ALONSO
Tite Curet Alonso (El Día- José Rodríguez)

Un genio apodado Tite

Por: Dr. Héctor Rivera, Historiador

Catalino “Tite” Curet Alonso es, sin lugar a dudas, uno de los compositores más prolíferos del género salsa.  Sin embargo, hay muchas otras facetas en las que este ciudadano, guayamés y santurcino por adopción, ha aportado a la identidad nacional caribeña, pero particularmente  puertorriqueña.

Tite, como popularmente se le conoció, tuvo éxito como compositor de boleros, plenas, música jíbara, música de Brasil, como periodista, locutor, compositor de plenas y de bombas.  Curet Alonso compuso canciones para niños, poesías, temas para campañas políticas, incluso fue un asiduo reportero en los periódicos y las revistas de mayor circulación en Puerto Rico.

A nivel musical, sus composiciones rebasan fácilmente las mil canciones.  Muchas de las cuales fueron éxitos en ventas.  Cantantes como La Lupe, Celia Cruz, Ismael Rivera y Cheo Feliciano, entre muchos otros, grabaron temas musicales compuestos por Tite.  Canciones que se convirtieron en referentes musicales y porta estandartes de las comunidades caribeñas y afrodescendientes a lo largo y ancho de América.

Su primer gran éxito fue popularizado en 1968 en la voz de La Lupe; la gran tirana, fue la punta de lanza de una gloriosa carrera como compositor.  Carrera de la cual se beneficiaron cantantes, músicos y también productores y sellos disqueros como fuera el caso con FANIA.  Fue precisamente FANIA, quien en un momento requería los temas del compositor para los artistas que se encontraban bajo su dominio.

Ante las carencias de mediados del siglo XX, el puertorriqueño, Curet Alonso pudo poner en versos y canciones, las situaciones cotidianas de los muchos ciudadanos que vivían invisibilizados por el Estado.  Lamento de Concepción, Con los pobres estoy y La Perla, son tres de las mejores canciones que construyeron pensando en la realidad isleña, pero que no se distancian de las vivencias de los miles de ciudadanos que experimentan el discrimen a lo largo y ancho de los pueblos Latinoamericanos.

Estas canciones retrataron la cotidianidad del arrabal puertorriqueño de los años 50, pero que no son diferentes a las situaciones que acontecen en las favelas brasileiras.  Igualmente, eran el reflejo de los muchos caribeños que emigraron a las grandes urbes del noreste de los Estados Unidos; donde el sueño americano, no se compraba con dólares, sino con largas jornadas de trabajo.

Las canciones de Curet Alonso, en palabras del propio compositor, son como noticias de las que se  destacan las vivencias personales, familiares y comunales del pueblo puertorriqueño. Los personajes, no eran creados por él, eran rescatados de las calles, de los barrios, de la marginalidad que era habilitada por las clases poderosas, mas bien estaban destinados a vivir  sometidos.

Lo mismo podía establecer la trama de una composición en medio del sistema de plantación durante el proceso colonizador europeo en el Caribe, como mismo lograba establecer al obrero de la construcción, en su lucha, en pleno siglo XX y XXI.

En la “clave de son” pululaban sus historias entre los futuros esclavizados o esclavizadas que eran arrebatados de sus familias mediante la violencia física y psicológica en su natal África.  Personajes que  hacían la travesía en los barcos negreros y que eran parte del sistema esclavista en nuestras tierras.  Se aproximó al barracón donde pasaban largas horas, los millones de hombres y mujeres esclavizados bajo el látigo implacable del mayoral.

Sus canciones combatieron el racismo, el discrimen, el machismo y las injusticias que han permeado las sociedades caribeñas a partir de la experiencia del sistema de plantación.  Una historia que nos muestra en Plantación adentro interpretada por el cantautor panameño Rubén Blades.  Esto de manera muy acertada provoca que la letra sea universal, pues la experiencia panameña no es distinta a la puertorriqueña.

Con lo antes expuesto, sostengo que Curet Alonso no fue simplemente, un compositor del género salsa.  Sino que fue un hombre culto, educado, que conocía los procesos históricos y las consecuencias de éstos sobre las poblaciones que se asentaron en estos países.  Más aún conoce la historia de los que sufrieron y sufren las injusticias de las clases dominantes. Vivencias que experimentó en carne propia.

Las canciones de Curet Alonso no pasan de moda, no caducan, no expiran, porque relatan el acontecer diario de las clases populares de los pueblos latinos. Situaciones que se perpetúan en donde quiera que haya una comunidad caribeña, antillana, latina, o de afrodescendientes, donde la injusticia sea parte de su vida diaria.

Curet Alonso, fue un genio.  Un hombre que tuvo la visión de establecer la belleza de la gente negra, cuando la sociedad estipulaba lo contrario.  Mientras unos veían la belleza en las facciones de los blancos europeos, Tite rompía con el estereotipo y encontraba en los afros, en el pelo malo y en las bembas grandes, no solo belleza, sino la afirmación de nuestra identidad como pueblo antillano y caribeño.  El genio de Guayama, no solo se perpetuó y se inmortalizó con sus canciones.  Su vida misma, su ejemplo, su superación ante el discrimen y el racismo, son sin lugar a dudas, su mayor legado como puertorriqueño, como afrodescendiente y como negro puertorriqueño.

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Rubén Blades y Tite Curet Alonso (Pinterest.com)